El cuerno forma parte de la historia del Tequila y es que los jimadores al salir al campo a su jornada laboral cargaban un cuerno en el cuello colgado para “darle de tomar a su caballito” esta herramienta se utilizaba a su vez para servirse un poco de tequila que se disfrutaba a pequeños tragos para aguantar el jornal. Pocos conocen la historia pero es la fuente de inspiración para todos los caballitos que se utilizan en México y el mundo y se realizan de técnicas que van desde el vidrio soplado hasta el barro y la piedra.
Hay un proceso para limpiar y pulir el cuerno y para eso la familia de Chon es experta. Reciben el cuerno y lo ponen a remojar para que quede el puro caparazón, se comienza a tallar con herramientas para quitar cualquier sobrante y dejarlo completamente limpio. Se corta para que quede del tamaño deseado y se comienza a pulir para darle brillo y tener un bonito terminado.
Existen diferentes tamaños y no sobra decir que nunca habrá dos iguales.
La pieza incluye la base de madera o de metal. Su uso es funcional para el tequila pero también se puede utilizar como decoración.