Santa Clara del Cobre es parte de la famosa “Ruta de Quiroga”. Durante su visita, Vasco de Quiroga tuvo una gran influencia para lograr que el Cobre se instalara como actividad económica en Santa Clara. 

El cobre llega triturado o en forma de cable, se funde en ollas a alta temperatura y se crean pequeños discos que se prensan en un torno. Con la fricción, la pieza se comienza a calentar y es en donde la fuerza y la mano del artesano comienza a crear magia. Con pinzas y martillos, se comienza a dar forma, a “jalar” y acomodar la pieza llegando a la forma y tamaño que se está buscando. 

Es poco a poco, con moldes y referencias, que el artesano logra llegar de un disco a un cazo o una taza. La pieza se calienta varias veces para conservar la temperatura que permita el “moldeado” a mano de la pieza. Una vez que la pieza está fría, se pasa al martilleo en caso de que lleve este tipo de decoración. Con golpes pequeños y constantes se van creando patrones, se utilizan algunas herramientas específicas de acuerdo al estilo que él artesano quiera plasmar. Después de que se termina, se coloca en un líquido que ayuda a que el color uniforme de la pieza se logre y se pone a pulir en caso de que lo requiera.